Plutarco y Heródoto se disputaron siempre la identidad del héroe de los 42,2 kilómetros, hasta que Luciano de Samóstata arrojó algo de luz asegurando que Filípides murió de un infarto tras correr de Maratón a Atenas para anunciar la victoria en su último halo de vida. Desde entonces muchos han sido los héroes y heroínas que la competición ha ido ubicando en el trono de los fondistas, un pedestal de claro color negro africano que probablemente a Filípides, de haber tenido aquella genética, le hubiese salvado la vida.
El 10 de septiembre de 1960, un etíope de 28 años hijo de pastores y ex guardia imperial de Haile Selassie I, llegó a los Juegos Olímpicos de Roma para redimir a su pueblo del oprobio instigado por el Reino de Italia comandado por Víctor Manuel III y el Duce. La suerte -uno de los atletas convocados se lesionó- y la sabiduría del sueco Onni Niskanen, que puso su ojo clínico en el abisinio, lo llevaron a la ciudad eterna para -siguiendo la estela de Jesse Owens en el 36- poner a la República Italiana bajo sus pies desnudos. Porque Bikila corrió la maratón descalzo. La marca patrocinadora de la prueba, la alemana Adidas, le ofreció varios modelos de zapatillas pero ningunas asentaban en el pie del africano que decidió ser el primer campeón olímpico africano estableciendo una nueva plusmarca mundial de 2:15:16 sobre el empedrado romano sin tan siquiera proteger sus pies con unos míseros calcetines.
El 12 de octubre de 2019, el triple medallista olímpico y poseedor del récord mundial con 2:01:39, el keniano Eliud Kipchoge intentaba por segunda vez en Viena -tras el ‘Breaking2’ celebrado en Monza- ser el primer humano en bajar de las dos horas una maratón. Kipchoge detuvo el crono en 1:59:40. Pero no lo hizo descalzo. Sus pies se revestían de la espuma y las fibras de carbono de las Nike AlphaFly, unas zapatillas que aumentan el rendimiento hasta en un 6% y de precio prohibitivo. No solo las llevó él. También las 41 liebres que salían a pista descansadas turnándose de forma rotatoria. Todos ellos perseguían un récord y un coche que marcaba el ritmo que debían llevar. El láser verde se veía con total nitidez porque a Kipchoge hasta le barrían las calles de un recorrido ni certificado ni organizado por ninguna federación competente. El 12 de octubre de 2019 se logró el reto INEOS. Pero si el 10 de septiembre de 1960 le hubiesen dado a Bikila unas AlphaFly habría saltado el arco de Constantino en lugar de penetrar en él como un estilete.